Jorge Ángel Livraga Rizzi, fundador y primer Presidente de la Organización Internacional Nueva Acrópolis.
Su propuesta innovadora para cumplir tal objetivo consiste en recuperar la idea de una Escuela de Filosofía a la manera clásica, reintroduciendo el método socrático como búsqueda de la sabiduría y del conocimiento del ser humano. Estas escuelas, en el mundo clásico – la Academia platónica, el Liceo de Aristóteles, la Escuela neoplatónica de Alejandría – sirvieron para proporcionar elementos de renovación que fueron útiles para orientar los nuevos tiempos en sus respectivas épocas. En la mitad del siglo XX resurge esta vocación innovadora, con raíces profundas en la tradición clásica, con proyección hacia el Tercer Milenio.
Acercar la Filosofía a la vida práctica:
La labor docente del profesor Livraga, como pionero y filósofo del futuro, le ha llevado a desarrollar numerosas facetas del plan de estudios de la Escuela de Filosofía y paralelamente a investigar y profundizar en el estudio comparativo de las religiones y de las diversas corrientes filosóficas, socioculturales, científicas y artísticas.
La clave principal de esta Filosofía como forma de vida se encuentra en el Renacimiento, comenzando por el “renacimiento interior del ser humano”, según sus propias palabras, un ser humano en continua evolución, que se hace preguntas sobre lo que ve, lo que siente, lo que vive, que reflexiona y busca respuestas.
Acercar la Filosofía de todos los tiempos, el legado de Sabiduría de la Humanidad a todo tipo de personas, tal es la finalidad que ponen en acción las Escuelas de Filosofía “a la manera clásica”, impulsadas por el profesor Livraga, con vocación de estudio pero también de acción comprometida con la sociedad y el presente, con vocación de futuro. Desde este punto de vista es innegable que se le puede considerar como un pionero del siglo XXI.
Un nuevo Humanismo:
Jorge Ángel Livraga, fundador y primer presidente
Consciente de la necesidad de difundir un nuevo humanismo ecléctico, capaz de integrar las grandes doctrinas filosóficas de Oriente y Occidente, desarrolló una metodología pedagógica, especialmente diseñada para que los jóvenes del siglo XXI pudiesen descubrir en ellas las grandes claves del sentido de la existencia, el destino de la Humanidad y enfrentar los cambios con capacidad de acción.
Comprender la cultura, las raíces compartidas de todos los pueblos y civilizaciones permite neutralizar las amenazas del materialismo y la irracionalidad dogmática que separan y enfrentan a los seres humanos.
La metodología socrática de la Escuela de Filosofía se aplica en la cultura mediante la práctica del diálogo a todos los niveles: entre las artes, las ciencias, las religiones, entre los seres humanos y las diferentes culturas y pueblos que justifican su existencia.
A lo largo de toda su vida, el profesor Livraga se dedicó a promover la fraternidad entre los individuos y los pueblos, a combatir la miseria material y moral de sus contemporáneos y a defender la libertad de conciencia y de expresión allí donde se viesen amenazadas o restringidas.
Compromiso con la sociedad:
La filosofía llevada a la práctica exige al ser humano un compromiso con su tiempo y la sociedad a la que pertenece. Todos podemos hacer algo para que el mundo sea mejor, solía repetir el fundador de Nueva Acrópolis. El compromiso que nace de la libertad de cada uno es el más valioso, el más perdurable, el más necesario, en medio del desconcierto y la pasividad.
De ahí el valor del voluntariado, como método de acción.